Suelo Pélvico
El suelo pélvico es la región del cuerpo que más puede sufrir durante el embarazo y el parto aunque también existen más factores de riesgo para lesionarlo, como pueden ser la edad, el sobrepeso, la postura, los deportes de impacto o los malos hábitos entre otros. Es importante cuidarlo y ser conscientes de él, ya que es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro sistema genitourinario y digestivo.
¿Cómo podemos ayudarte?
- Seguimiento en embarazo y preparación física al parto. Recomendamos hacer una valoración por parte de un fisio de suelo pélvico alrededor de la semana 25 de gestación. Buscaremos prevenir disfunciones y mejorar funcionalidad. En la recta final del embarazo, prepararemos todos los tejidos de cara al parto.
- Postparto. La valoración postparto, la recomendamos una vez pasada la cuarentena en caso de parto vaginal y en caso de cesárea, una vez los puntos hayan cerrado. Buscaremos soluciones a cualquier secuela producida por el embarazo y parto.
- Diástasis abdominal. Un fisioterapeuta especializado valorará y pautará un tratamiento específico para esta condición. Es importante conocer factores de riesgo y la práctica de ejercicio personalizado a tu situación.
- Entrenamiento en embarazo, postparto o cualquier otro momento de la vida de la mujer. El ejercicio físico es una herramienta muy importante para el mantenimiento físico en embarazo y postparto. Es una etapa en la que tenemos que cuidar aún más nuestra faja abdominal y suelo pélvico. El ejercicio físico guiado por un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico aporta muchos beneficios, también en otras etapas de la vida, como la menopausia o si presentas cualquier disfunción abdomino-pélvica.
- Cicatrices abdominopélvicas (postquirúrgicas, cesárea, desgarro, espisiotomía…). Siempre recomendamos valorar cualquier tipo de cicatriz. Cuanto antes actuemos sobre ella, mejores serán los resultados. Nuestros objetivos serán conseguir que la cicatriz sea lo más parecida al tejido original.
- Salud sexual. Factores como la maternidad, la menopausia u otros factores emocionales pueden interferir en la vida sexual de la mujer.
- Dolor abdomino-pélvico. Cualquier dolor presente en funciones fisiológicas del cuerpo NO es normal, aunque más habitual de lo que creemos: dismenorrea, dispareunia, dolor pélvico crónico, dolor anal, neuralgia del pudendo, coccigodínia, vejiga dolorosa…
- Prolapsos pélvicos. Como cualquier otra patología, cuanto antes actuemos, mucho mejor. Un prolapso pélvico se produce por la distensión de los mecanismos de sostén de un órgano, por lo que el paso del tiempo empeorará su situación. Son comunes tras un embarazo y un parto, aunque hay muchos otros factores de riesgo muy comunes que debemos conocer.
- Incontiencia urinaria, fecal y anal. Cualquier tipo de incontinencia, ya sea unas pocas gotas o algo más severo, tiene tratamiento.
- Urgencia urinaria y vejiga hiperactiva. Si las veces y la forma en la que vas al baño a hacer pis están interfiriendo en tu día a día, debes valorarlo con un especialista para encontrar una solución.
- Estreñimiento. Es uno de los factores de riesgo de lesión del suelo pélvico más comunes que nos encontramos en consulta. Es una patología en sí misma, debemos encontrar sus causas y ponerle solución.